Por Silvina Fiszer Adler (*) |
En Argentina se calcula que hay dos millones y medio de personas que tienen diabetes | Foto: Cedoc
En Argentina se calcula que hay dos millones y medio de personas que tienen diabetes. La mitad no lo sabe, y entre los si están al tanto, sólo el 30 por ciento se trata porque tienden a minimizar la enfermedad. Para un trastorno corporal que bajo control permite llevar adelante una vida absolutamente normal y en un país en el que la medicación, por ley, debe ser entregada por prepagas y obras sociales de forma gratuita, la cifra de enfermos resulta alarmante.
Sin embargo, tal como explica el doctor Gabriel Lijteroff, especialista en medicina interna, magister en diabetología y presidente de la Federación Argentina de Diabetes (FAD), el problema central para hacerle frente a la diabetes no es su tratamiento o los costos del mismo, sino la desinformación que hace que la enfermedad parezca mucho más peligrosa de lo que realmente es. Además, se suma el hecho de que la detección llegue cuando la falta de insulina provoca una complicación seria en el cuerpo del enfermo. De hecho, a un gran porcentaje de los diabéticos de tipo 2 -el 90 por ciento de los casos de diabetes- se le diagnostica la enfermedad con un retraso de entre cinco y diez años.
Qué es la diabetes. La diabetes es un desorden del metabolismo que responde a la falta de acción de la insulina en el cuerpo, ya sea porque no se produce o porque la que se produce no actúa convenientemente. Si bien existe una predisposición hereditaria, sobre ella actúan factores ambientales -la obesidad es uno de ellos- situaciones desencadenantes como el embarazo, la menopausia, las infecciones graves y el estrés emocional.
Existen dos tipos de diabetes. La de tipo 1 se desencadena en general antes de los 40 años como consecuencia de la falta de producción de insulina por parte del páncreas. La diabetes de tipo 2 se da cuando el organismo produce insulina pero no la puede aprovechar, comienza habitualmente en la vida adulta y en el 80 por ciento de los casos se acompaña de sobrepeso.
Si bien la diabetes no se cura, en la actualidad se puede controlar. Hoy se sabe que todas las complicaciones de la diabetes -a nivel de órganos tan vitales como los ojos, riñones, corazón, arterias de las piernas- se desarrollan sólo después de años de mal control, según indica la FAD.
Educación y conciencia. En el marco del Día mundial de la diabetes, que persigue el objetivo de fomentar la concienciación sobre el hecho de que todas las personas con diabetes o con riesgo de sufrirla merecen la mejor educación, prevención y atención posibles, la mejor campaña para los organismos que luchan por la mejora en la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad es informar.
“En este momento hay un arsenal farmacológico muy amplio para controlar la diabetes. Por eso, el mayor enemigo actualmente es la ignorancia”, explica el titular de la FAD. El problema central son los grandes mitos que giran en torno a la enfermedad. “En la Federación hicimos un estudio en base a 604 encuestados en las principales ciudades de Argentina. Dentro de los resultados pudimos ver que, por ejemplo, el 16 por ciento pensaba que la diabetes se podía contagiar por compartir el cepillo de dientes, y un porcentaje cercano al 50 por ciento cree que la insulina puede generarle complicaciones”.
Las cifras a nivel mundial develan el mismo inconveniente: solamente el 30 por ciento de las personas que tiene diabetes siguen el tratamiento. “Es un fenómeno que tiene que ver con que se está concentrando mucho el trabajo en la farmacología y muy poco en la gente”, sentencia Lijteroff, y agrega que “el gran problema donde hay que centrarse ahora es en la educación y la motivación”, porque llevando adelante una vida sana, las complicaciones en la vida de los pacientes y los problemas que acarrea la enfermedad quedan relegados.
Actualizar la ley y focalizar en las campañas. “Por el momento tenemos una ley de diabetes en la Argentina que si bien es muy buena con respecto a América Latina se ha quedado corta en cuanto a la provisión”, asegura el titular de la FAD. En cuanto a las modificaciones que debería sufrir, el especialista explica que se trata de adecuar la entrega de insumos en concordancia al crecimiento económico, tal como se había pactado al momento de su salida a la luz.
“La ley de diabetes obliga a las prepagas u obras sociales a cubrir un ciento por ciento la insulina y un mínimo, en el momento en la que se aprobó, del 70 por ciento de tiras reactivas –las que se utilizan para el control de azúcar en sangre-. Esta última cifra iba a ir en forma creciente en la medida en la que hubiera un crecimiento económico. Hemos tenido desde el 2001 al 2006 un crecimiento mayor al 200 por ciento y no se ha visto reflejado en la ley”.
Otro de los inconvenientes que padecen los enfermos a la hora de hacerse de los medicamentos es que muchas obras sociales se aprovechan de la desinformación para hacer oídos sordos a lo que indica le ley. “Hay obras sociales que siguen cubriendo muy pocas tiras reactivas o poco porcentaje de la medicación e, inclusive, no le dicen a los pacientes que tienen un 100 por 100 de cobertura con la insulina”, agrega Lijteroff, y deja ver que los pacientes terminan pagándose los medicamentos.
La diabetes en cifras. Según una estimación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay en el mundo actualmente 250 millones de pacientes con esta enfermedad, cantidad de casos que para el 2030 se duplicarán. Además, tres millones de personas mueren por año a causa de esta enfermedad.
FUENTE Redactora de Perfil.com
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